La anemia es un conjunto de síntomas producto de la disminución anormal del número de glóbulos rojos que contiene la sangre y del nivel de hemoglobina por debajo del nivel considerado normal para el genero y edad del niño. Se manifiesta con palidez, fatiga o debilidad, pédida del apetito, palpitaciones, somnolencia.

Algunos tipos de anemia como la producida por la deficiencia de hierro pueden manifestarse con trastornos alimentarios como la ingesta compulsiva de objetos no comestibles como jabon, tierra, papel, plástico, madera, insectos.

La anemia no es una enfermedad. Es una condición asociada o producida por alguna enfermedad. El primer paso en el estudio adecuado de la anemia, es determinar si únicamente estan comprometidos los glóbulos rojos entre todas las células sanguíneas, o si por el contrario, hay compromiso también en los glóbulos blancos y las plaquetas. Cualquier alteración de al menos dos líneas de células sanguíneas es indicación de realizar un estudio de la médula ósea.

Una vez se ha establecido que la anemia es exclusivamente un problema de los glóbulos rojos, es útil para determinar la causa de la anemia, tener en cuenta que la anemia puede ser producto de una alteración de la producción de los gobulos rojos en la médula ósea o de su maduración.

El déficit de algunos nutrientes esenciales puede ser la causa de esta alteración de la producción o maduración de los gobulos rojos en la médula ósea, como es el caso por ejemplo de la anemia por deficiencia de hierro, o del déficit de ácido fólico o de vitamina B12; y al reponer estos nutrientes, se corrige la anemia.

La anemia también puede ser producto de trastornos que generan la destrucción de los globulos rojos, destrucción conocida como hemólisis. Esta anemias se denominan por eso hemolíticas y pueden ser producto de:

• un trastorno en el sistema inmunológico, donde se producen anticuerpos que atacan al glóbulo rojo.
• de alteraciones en la hemoglobina (proteína de la sangre, cuya función consiste en captar el oxígeno en los pulmones y transportarlo a los tejidos).
• de alteraciones en la estructura de algunas proteínas del glóbulo rojo o en sus enzimas.

La anemia también puede ser producto de hemorragias agudas o crónicas; estas últimas pueden no ser evidentes. Por último, la anemia puede ser secundaria a una alteración genética intrínseca de la médula ósea, situación conocida como Anemia Aplásica, donde se puede afectar la sintesis también de los glóbulos blancos y de las plaquetas. Esto mismo puede ocurrir si la médula ósea es afectada o invadida por un factor externo, como por ejemplo parásitos, metástasis de cáncer, tóxicos, radiación, etc.

Tratamiento de la anemia

Mencioné la anemia no es una enfermedad si no una condición asociada o producida por alguna enfermedad. De acuerdo a lo mencionado, para tratar de forma adecuaada la anemia es imprescindible aclarar cual es la causa de la anemia y tratar esta causa.

Si es producida por deficiencia de hierro, ácido fólico o vitamina B12, hay que suplementar estos nutrientes y optimizar a su vez su aporte en la dieta.

Si es secundaria a una enfermedad crónica como una enfermedad renal o una enfermedad tiroidea, debe tratarse esta enfermedad y la anemia a su vez resolverá.

El tratamiento de anemias hemolíticas inmunes incluye evitar algunos medicamentos y a su vez tomar por un tiempo variable, medicamentos que regulan la respuesta inflamatoria que esta atacando los glóbulos rojos.

Las anemias hemolíticas no debidas a un disturbio del sistema inmunológico, según la intensidad de la anemia, pueden tratarse con transfusiones de sangre, suplementos de ácido fólico, y medicamentos específicos como en el caso de la Anemia de Células Falciformes o Drapanocitois.

La anemia hemolítica, si tiene una intensidad severa y afecta la calidad de vida del niño, pueden requerir de la extracción del bazo (esplenectomía).

Si la anemia es producida por un compromiso de la médula ósea, es posible que se necesite un trasplante de médula ósea.