El momento más difícil de nuestras vidas ha sido ese 15 de enero de 2018; parecía un día normal, en el que ibas a urgencias porque tu hijo (Thomas Fuentes) de 2 años tenía una “gripa”, después de realizar exámenes de laboratorio se nos acerca la pediatra, su cara era un poco preocupada; nos dice que es posible que nuestro hijo tenga una leucemia, que por protocolo se debía hacer un aspirado de médula para confirmar la enfermedad.

Nuestro mundo se vino abajo, estábamos hundidos porque cuando escuchas esa palabra la relacionas con muerte y que no tiene cura, en ese momento no puedes creer que una personita que hasta ahora empieza a vivir padezca una enfermedad de esa magnitud. Esa misma noche al niño se lo llevaron a UCI, con nuestro hijo lleno de electrodos, con oxígeno y transfusiones de sangre y plaquetas, no dábamos crédito a lo que estábamos viviendo.

Al otro día el Dr. Oscar González después de una biopsia de médula nos confirma que es una leucemia linfoblástica aguda. A partir de allí el Dr. nos comenta el protocolo para ese tipo de leucemia e inmediatamente se empieza el tratamiento con quimioterapia.

Para nosotros ha sido una experiencia muy difícil porque “nadie sabe lo duro que es esto hasta que te toca”; para esto no hay entrenamiento, solo te queda ser muy fuerte, aguantar y ganar. Al principio del tratamiento no entiendes nada y por más que preguntes no logras entender, porque aún no lo asimilas. La situación al comienzo es de incertidumbre, es el tiempo más delicado para todos, aunque la angustia nunca desaparece y se vive con miedo; en ese momento no nos quedaba otra que confiar en Dios y en el Dr. Oscar.

Al pasar 33 días de tratamiento con quimioterapia se le hizo al niño un aspirado medular y el Dr. Oscar González nos dice que el niño ha respondido bien al tratamiento porque del 99% de los blastos que tenía le había bajado a 0%; en ese momento solo queríamos darle gracias a Dios; estábamos felices de saber que nuestro hijo se iba a remisión. A partir de ahí continúa su tratamiento ambulatorio y con sus revisiones cada dos semanas con el Dr. Oscar.

En estos momentos van casi 10 meses de tratamiento y hemos visto lo grande que ha sido Dios con nuestro Thomas y sabemos que Él lo tiene para cosas muy grandes en la vida; que gracias a Él nos hemos encontrado en el camino con ángeles donde hemos depositado toda nuestra confianza para la recuperación de nuestro hijo, además gracias a esta experiencia no tan grata, nuestras vidas han cambiado totalmente y nuestra manera de enfrentar la vida también, esta enfermedad nos enseña que debemos vivir el momento, el poder estar juntos en familia es el mejor regalo, lo afortunados que hemos sido porque han sido muchas las personas que nos han demostrado un cariño inmenso, que con salud se puede ser feliz al 100% y que ha pesar de tanto dolor es el niño quien nos da fuerzas para salir adelante y seguir luchando siempre.

¡Nuestra Fe ha crecido estos últimos 10 meses que no tenemos duda que ganaremos la batalla!

Queremos dar mi más sincero agradecimiento al Dr. Oscar González Figueredo y a todo su equipo de trabajo (personal de enfermería), porque hacen una labor de un valor incalculable. Gracias por estar pendiente de nuestro Thomas y de todos los niños que necesitan de su ayuda.